10 nov 2010

Añoranzas de mi Infancia en el Colegio

Vagamente recuerdo mis primeros años escolares, donde poco a poco comencé a dejar atrás los tiempos de infancia donde podía acostarme tarde sin tener que preocuparme de levantarme temprano para cumplir con responsabilidades escolares, como añoro el desayuno en la cama, el ver mis dibujos animados favoritos sin tener que preocuparme de nada, solo de que me regalonearan.

Luego comienza mi primera historia escolar, la cual fue muy breve por motivos de traslado laboral de mi padre, alcanzando a estar un mes en un colegio de niñas capitalino pero fue suficiente como para mantenerlo en mi memoria y donde a aprendí a relacionarme con niños de mi misma edad, recuerdo a mamá con mi pequeño hermanito en el coche, siempre en la puerta del colegio esperando por mi… ¡que lindos recuerdos!

Nueva ciudad, nuevo colegio… aún recuerdo cuando de la mano de mis padres caminaba llena de entusiasmo, felicidad hacia la nueva experiencia que me esperaba en este desconocido lugar. Los cuatro primeros años fueron de aprendizaje y de pequeñas amistades las que con el tiempo fueron cambiando, lamentablemente de forma negativa para mi, ya que poco a poco comenzaron los conflictos, tal vez normales para el resto de mis compañeros pero tan importantes para mi que influyeron mucho en la persona en la que me he convertido el día de hoy, llena de miedos e inseguridades, y sobretodo mi karma siendo algo que me domina totalmente…. El ridículo.

En un principio imaginé que este nuevo sitio era igual al anterior, ¡pero que sorpresa me llevé! Era completamente distinto, ahí conocí lo que era el miedo, la inseguridad, la soledad y el temor al ridículo; por que fue así como me hicieron sentir, pero los buenos momentos nunca faltaron, fueron pocos por lo que recuerdo pero lo importante es que alguna vez existieron.

Fue por todo lo anterior que mis padres decidieron cambiarme de colegio,­­ nuevos aires para sanar los daños que la experiencia anterior estaba provocando en mi, no puedo decir que fue fácil al principio, lo miedos y dudas de lo pasado permanecían latentes dentro de mi, debo reconocer que al poseer

un carácter introvertido y un tanto cambiante no me ha hecho las cosas muy sencillas, hay veces en las que no se como llegar a las personas, no sé como mostrarme tal cual soy, quizás para ellos es difícil aceptar mi forma de ser… la que para ser sincera no es nada de fácil, pero también se valora que siempre hay alguien que está dispuesto a escuchar y a soportarme.

Lentamente me fui integrando a este nuevo grupo, donde pude forjar amistades trascendentales, que me ensañaron a dejar atrás viejas desconfianzas e inseguridades, el valor de la amistad verdadera y aprender a disfrutar un poquitín de las locuras, bromas y travesuras que juntos compartimos.

Analizando estos trece años de experiencia escolar, puedo sacar la conclusión a pesar de lo bueno y lo no tan bueno de mi historia escolar que no se si me gustaría volver a vivir, pero como dice el dicho: “No te arrepientas de lo que viviste, si no de lo que no viviste”. Ya que no habría llegado a ser la persona que con tanto esfuerzo he estado construyendo hasta el día de hoy, para lograr ser lo que realmente quiero: una mujer fuerte, responsable, humanitaria y con valores sólidos, como los que siempre me han enseñado tanto en mi hogar como en el colegio y por fin saber que todos se sienten orgullos de mí.

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